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Foto: istock/ Unaihuiziphotography

Nos sumergimos en la icónica localidad costera que inspiró al genio del surrealismo con la belleza que aún cautiva a sus visitantes: se dice con razón que es uno de los lugares más bonitos de Catalunya y España

Salvador Dalí, Federico García Lorca, Picasso, Joan Miró o Marcel Duchamp sucumbieron al embrujo de Cadaqués. Y no es para menos. Ya decía Dalí que “es el pueblo más bonito del mundo”. Este paraíso costero de Catalunya, de arquitectura blanca, calles empedradas, olor a mar y paisaje mediterráneo, invita a desconectar y vivir el mundo de otra manera.

A este refugio blanco y azul del Alt Empordà, en la provincia de Girona, se llega por carretera tras una buena dosis de curvas, pero también por barco. Sea cual sea el transporte elegido, la experiencia valdrá la pena. Nos adentramos en este pueblo de personalidad única y muy inspirador. ¡Bienvenidos a Cadaqués! 

1. Casco antiguo de Cadaqués

Un buen punto de partida para sumergirte en la historia de Cadaqués es su casco antiguo, lo que antiguamente era la villa que se encontraba rodeada por una gran muralla, de la que actualmente solo se conserva un antiguo baluarte que está integrado en lo que es el ayuntamiento. Hay que perderse por sus calles estrechas y laberínticas para descubrir las típicas casas encaladas y de fachadas blancas, con el azul o verde de sus ventanas. Nada raro encontrarse por el camino también con la exuberancia de las buganvillas que adornan las casas y le dan un toque de color extra a la imagen que es digna de una postal. Es Call y el carrer Santa María son dos calles emblemáticas. También hay que prestar atención al suelo, pues algunas de las calles cuentan con un curioso y antiguo pavimento llamado el rastell, hecho de piedras extraídas de la orilla del mar que han sido moldeadas por las olas hasta adoptar forma de espiga y que están dispuestas de manera transversal respeto a la calle para absorber el agua y evitar que la gente resbale.

Foto: iStock/ monysasi

2. Casa Museo Salvador Dalí

Se encuentra en Portlligat, a cinco kilómetros de Cadaqués. En 1930, Dalí fue creando allí su hogar, cautivado por su paisaje, la luz, el aislamiento y tranquilidad del lugar. El genio catalán vivió y trabajó allá hasta la muerte de su esposa Gala en 1982, cuando decidió instalarse en el Castillo de Púbol. La Casa Museo Salvador Dalí era una pequeña vivienda de pescadores de pasillos estrechos y forma laberíntica. En la actualidad se pueden ver las habitaciones donde el pintor surrealista y su esposa Gala compartieron los años de amor, los exteriores decorados con objetos de la pareja y, por supuesto, el taller, que está arreglado y dispuesto tal como lo tenía el artista. Sin duda es una visita obligatoria.

Foto: iStock/Juan Miguel Cervera Merlo

3. Paseo al Faro de cala Nans o Cap de Creus

Llegar al faro de Cala Nans es una caminata muy bonita y fácil, de apenas hora y media, que proporciona unas vistas increíbles de la bahía de Cadaqués: solo se puede llegar a él en barca o a pie. Para los más atrevidos, que gusten de caminar mucho, es recomendable la excursión al Cap de Creus, la punta oriental de la península Ibérica, también visitable en coche. El faro construido en 1853 es uno de los atractivos del parque natural Cap de Creus, una de las joyas naturales de Catalunya y a pocos metros también hay algunas calas como Fredosa o Jugadora.

Foto: istock/ Damocean

4. Sumérgete en un paraíso de calas

Cadaqués cuenta con excelentes y tranquilas calas que se suceden una tras otra, pequeños rincones escondidos y protegidos por formaciones rocosas que se enmarcan en parajes indescriptibles de tipo mediterráneo donde podrás bañarte, bucear y desconectar. Algunas de las más destacadas son: Cala Jugadora, de aguas cristalinas ideal para practicar snorkel; Cala Guillola, una de las más famosas situada junto al Parc Natural del Cap de Creus y donde se práctica el buceo; Sa Saboya, ubicada en el sudeste de la Bahía, que es una de las más especiales de Cadaqués y aunque la ruta para llegar tiene una duración de entre 30 y 45 minutos, dará como recompensa un paisaje inolvidable. Otra opción es la Cala de Portlligat, que no solo se caracteriza por presentar una gran cantidad de tonos diferentes si no que además fue un lugar de especial importancia para Dalí.

5. Deléitate con la gastronomía

La bella localidad ampurdanesa de Cadaqués lo tiene todo para conquistar el paladar. No te vayas sin probar sus delicias gastronómicas como el arroz a la Piula, la escorpena con salsa y patatas (suc d’escòrpora), los erizos de mar que aquí se llaman garotes, el suquet de peix, la langosta o los mejillones, entre otros.

Conclusión:

Una escapada a Cadaqués siempre será una buena opción para empaparse del estilo de vida mediterráneo. Sus calles empinadas y adoquinadas, barquitos en la bahía y la gente paseando junto al mar son el mejor condimento para relajarse. Sus paisajes únicos y calas escondidas ayudarán a formar ese embrujo que te atrapará como lo hizo con Salvador Dalí.