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Yogyakarta, Indonesia | Foto: iStock

Con una mezcla única de historia, espiritualidad, arte y aventura, la antigua capital no solo es una puerta a los grandes templos de Indonesia, sino también al alma de la isla de Java

Más allá de Bali, Indonesia es todo un mundo de paisajes oníricos, volcanes traviesos y una cultura diversa y rebosante por descubrir. Un viaje único a la cuna de la civilización y una clase de geología y geografía permanente. Y Yogyakarta, la considerada capital cultural del país, es uno de los grandes destinos de este inmenso archipiélago de distancias enormes.

Yogyakarta está en el centro de la isla de Java, la más poblada y desarrollada de Indonesia, que cuenta con la capital Yakarta, la Batavia en tiempos de dominio neerlandés, ahora tan masificada que el gobierno ha decidido trasladar el centro político del país a Nusantara, ciudad de nueva creación en Borneo. Yogyakarta, famosa por el ‘kraton’ o palacio del sultán, está rodeada de naturaleza exuberante, vigilada por el juguetón volcán Merapi y posee un rico patrimonio cultural que se refleja en sus marionetas, vestidos y música. ¡Qué más se puede pedir! 

Esta es la ruta por Yogyakarta, a la que se suele llamar simplemente Yogya, y sus alrededores para que no pierdas detalles de sus maravillas. ¡A disfrutar!

‘Kraton’

El palacio es el epicentro de Yogya y fue construido por el príncipe Mangkubuni en 1755. Simboliza la resistencia de la ciudad y la rebelión contra los neerlandeses y es un magnífico ejemplo de la arquitectura javanesa con espaciosos pabellones, patios, y decoración delicada. La muralla del ‘kraton’ delimita lo que era la ciudad antigua de Yogyakarta y acoge mercados, tiendas talleres de batik y joyerías, la mayoría empleados por el sultán. Los edificios más destacados son el lujoso y de suelo de mármol Pabellón Dorado (Bangsal Kencana), los museos de la familia real, los jardines Taman Sari, y el Castillo de Agua donde el sultán se bañaba con las mujeres de su harén. 

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La entrada monumental a los jardines Taman Sari en el Kraton de Yogyakarta- Foto: Han Sen/Pexels
La entrada monumental a los jardines Taman Sari en el Kraton de Yogyakarta- Foto: Han Sen/Pexels

Mercados y batiks

Un paseo por la calle Malioboro es imprescindible, sobre todo cuando el calor afloja. Sobresale el mercado Beringharjo, el más grande de la ciudad, en el que es posible encontrar de todo, desde alimentos y frutas exóticas hasta antigüedades. Otro mercado importante y raro es el Pagar Ngasem, el bazar de los pájaros, donde se venden palomas, búhos, periquitos o hasta aves rapaces. La Malioboro es el lugar para empezar a curiosear con la pieza de ropa más conocida de Indonesia, el batik, una tela elaborada con una técnica de estampado usando cera caliente sobre el tejido. Hay batiks de alta calidad y otros para pasar el día y los precios fluctúan según la dificultad, la calidad… y la habilidad para negociar del visitante. No solo en el mercado, hay innumerables negocios de batiks por toda Yogyakarta.

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Música y marionetas

El gamelán es el estilo musical que define a Java e Indonesia. Es un sonido de percusión, muy metálico, con predominio de xilófonos, gongs y flautas, normalmente de bambú, y que utiliza la escala pentatónica. Y Yogyakarta es el lugar ideal para asistir a un concierto. Dentro del palacio del sultán se realizan exhibiciones prácticamente a diario, pero es posible buscar actuaciones más extensas y acompañadas de danzas y del teatro de marionetas tan típico de la isla. Las marionetas más típicas son las ‘wayang kulit’, literalmente las que son proyectadas como sombras para representar dramas en teatros.

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El gamelán es el estilo tradicional de música de la isla de Java y Yogyakarta es uno de los lugares donde es más fácil asistir a un concierto |Foto: Istock

Borobudur

Es uno de los lugares más mágicos de Indonesia y uno de los templos más inspiradores del mundo. La visita es un poco cansada pues hay que subir a esta especie de pirámide budista por las escalinatas con el calzado llamado upanat, que proporcionan al comprar la entrada a esta estupa de seis plataformas y otras tres circulares. Las esculturas de campana y los budas que llevan hasta la amplia cima de la pirámide forman parte del encanto, pero las vistas son inmejorables. Por eso se recomienda planificar la visita para poder ver el amanecer y cómo el sol naciente va disipando la niebla y dejando ver el manto verde a los cuatro costados. Fue construido en el siglo VIII y dicen que es el templo budista más grande del mundo y, por supuesto, figura en la lista de monumentos patrimonio de la humanidad.

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El amanecer despliega grandes vistas del paisaje que rodea el templo budista de Borobudur | Foto: Geoffery iGV en Pixabay
El amanecer despliega grandes vistas del paisaje que rodea el templo budista de Borobudur |
Foto: Geoffery iGV en Pixabay

Prambanan

Igualmente en las afueras de la ciudad, es la alternativa hinduista de Borobudur, pensado para señalar el dominio de esa religión en Java antes de que se impusiera el Islam, y está formado por un conjunto de 200 templos, algunos en ruinas pero la mayoría en perfecto estado. El más grande y relevante es el dedicado a Shiva, el dios de la destrucción y la regeneración, el Candi Shiva Mahadeva. Aunque diferente, es igual de impresionante que Borobudur por su ubicación y su majestuosidad arquitectónica. Fue construido en el siglo IX y también ha sido distinguido como patrimonio de la humanidad. 

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El conjunto monumental de Prambanan es famoso por sus bajorrelieves| foto: Pixabay
El conjunto monumental de Prambanan es famoso por sus bajorrelieves| foto: Pixabay

Volcán Merapi

Al contemplaro parece como si se hiciera realidad un cuento infantil. Cualquier niño puede soñar con tener un volcán que ver desde la ventana de su casa. Y eso es posible en Yogyakarta. El Merapi, sin embargo, es un volcán muy activo y hay que tenerle respeto. Los indonesios han convivido siempre con esas bocas de fuego y saben cuándo hay que alarmarse y cuándo no. Hay miradores para visitar el Merapi desde cerca, pero hay que informarse antes de la situación y del eventual peligro. 

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♦ En el resto de Java:

  • Pangandaran

A unas horas de Yogyakarta por tierra, es una de las mejores playas de Java y de Indonesia. Si en tu plan ideal de vacaciones incluyes unos días de tumbarte sobre la arena y tomar el sol sin preocuparte de nada más y prefieres evitar las multitudes de Bali, Pangandaran es tu sitio en Java. No te arrepentirás. Está, además, al lado de una jungla protegida y de noche no es raro ver murciélagos. También son populares las clases de surf y, por supuesto, las barbacoas de pescado y marisco.

La playa de Pangandaran, en Java, ofrece buena relajación sin la masificación de Bali | Foto: AL FARIZ/ Pexels
La playa de Pangandaran, en Java, ofrece buena relajación sin la masificación de Bali | Foto: AL FARIZ/ Pexels
  • Bromo

Otro espectáculo visual que merece un buen madrugón. Ver salir el sol en este paisaje único de volcanes dentro de un cráter gigante resulta una experiencia inolvidable. Además, siempre hay alguno que echa humo, literalmente, como si estuvieran fumando una pipa. A veces el propio Bromo. Es una excursión imperdible en Java, a medio camino de Yogya y la isla de Bali.

El volcán Bromo es uno de los más accesibles y bellos de toda Indonesia| Foto: Mochamad Arief/Pixabay
El volcán Bromo es uno de los más accesibles y bellos de toda Indonesia| Foto: Mochamad Arief/Pixabay
  • Gunung Ijen

Para los más atrevidos. Hay que caminar de lo lindo para ver el volcán y las aguas sulfurosas, donde decenas de jornaleros trabajan duramente para extraer el azufre y luego bajarlo por la montaña. Otra experiencia única de Java.

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Conclusión

La isla de Java es un destino exótico y la ciudad de Yogyakarta es la mejor ventana para descubrir su esencia cultural, disfrutar de tradiciones como la música gamelán y comprar trajes tradicionales como los batiks. Además, muy cerca se encuentran dos de los templos más impresionantes y bellos de toda Indonesia, rodeados de una naturaleza exuberante y volcánica.