La costa de Almería es digna de postal con paisajes asombrosos y playas casi vírgenes, dos ingredientes únicos que, junto a los restaurantes con vistas, forman la receta ideal para unas vacaciones sin preocupaciones.
Si se busca un lugar de España con playas casi vírgenes y aisladas, el Cabo de Gata es uno de los destinos más especiales que puede ofrecer la península Ibérica, con una combinación ideal de paisajes agrestes, aguas tentadoras y el acogedor clima andaluz. En esta región que incluye el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, una zona protegida en la costa mediterránea, los veranos son para disfrutar de la naturaleza y aprovechar los largos días con baños refrescantes y una rica oferta gastronómica en la que sobresalen los espetos de sardinas y pescados a la brasa en los numerosos restaurantes y chiringuitos de los arenales. Estas son 7 propuestas para sacarle el máximo provecho a la costa de Almería.
1. Playa de los Genoveses (San José)
Una de las más famosas y con razón, gracias a su fina arena blanca y sus aguas cristalinas. Pese a su afluencia en verano, limitada por la capacidad del párking, sigue siendo uno de los parajes todavía bastante vírgenes del Cabo de Gata. Se accede desde San José, el pueblo de pescadores que se ha adaptado con cierta naturalidad al turismo. Es un arenal bello y amplio, encerrado entre dos promontorios áridos típicos de la región. Y, si, a muchos les resultará familiar pues allá se rodaron escenas de ‘Lawrence de Arabia’, y se han desarrollado hasta programas de televisión como ‘El campamento’. En San José, el restaurante 4 nudos es un refugio climático en el puerto con arroces, pescados y mariscos frescos.
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2. Playa de Mónsul
Aún más remota que la de los Genoveses, la ensenada de Mónsul es acogedora y hermosa, en medio de un paisaje típicamente mediterráneo. Se ubica dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y es un lugar popular para ejercitarse en deportes acuáticos de moda como ‘paddleboard’ o clásicos como el piragüismo. Si el calor lo permite, es una delicia caminar por los senderos de los acantilados de los alrededores. Es una de las playas más conocidas de España que saltó a la fama con la tercera entrega de las películas de Indiana Jones: se recuerda por la escena en la que Sean Connery escapa de los nazis agitando un paraguas. También inspiró años después a David Bisbal para su videoclip de ‘Ave María’.
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Foto: Javier en Pixabay.
3. Playa de los Muertos
No dejes que te asuste el nombre. Se llama así no porque sea fácil ahogarse sino porque las corrientes solían arrastrar hasta esa cala los cadáveres de naufragios. Pero pese a su historial, es de esas playas que regularmente aparece entre las diez mejores de España en distintas votaciones. Se encuentra a 5 kilómetros de Carboneras, en el extremo de la provincia de Almería, y su fama se debe a su carácter salvaje, con orilla de piedras y aguas turquesas, sin instalaciones para bañistas ni otros servicios. Solo se puede acceder a través de un sendero, una vez dejado el coche en la zona acondicionada como párking -previa parada en un mirador panorámico increíble-, y por supuesto hay que tomar provisiones de agua y lo que pueda hacer falta. Se tolera el nudismo en una parte de la playa, pese a no estar declarada como nudista. La experiencia compensará de sobras tanta planificación.
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4. Peñón Blanco (La Isleta del Moro)
De San José a La Isleta y a Rodalquilar, en dirección a Murcia, vale la pena detenerse en Peñón Blanco, la playa más grande del pueblo pesquero La Isleta del Moro. Es un arenal dorado en una zona protegida y resguardada por salientes rocosos. Dicen que ha inspirado a artistas y otros famosos como el malogrado Antonio Flores. Por la comida y las excelentes vistas y paellas, el restaurante La Ola es una parada gastronómica recomendable en Cabo de Gata.
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5. Playa de Las Negras
Es la más cercana de esta pedanía de Níjar de escarpados senderos. Es una zona de animación nocturna, pero de día la playa de aguas cristalinas permite bucear y hacer snorkel para explorar los fondos marinos. Te sorprenderá la variedad y cantidad de peces de colores y las formaciones rocosas cercanas a la costa. Una excursión en kayak es una buena forma de acceder a las calas escondidas y las cuevas. Por Las Negras también se va a la conocida Cala de San Pedro, la playa hippie y nudista por excelencia. Ojo, no te confíes, son dos horas a pie por un camino sin complicaciones pero que se endurece por el calor. También se puede alquilar una lancha para llegar a esta playa de aguas turquesas, que cuenta con las ruinas de un castillo y un oasis de agua dulce en sus alrededores. Las Negras es idóneo para probar platos mediterráneos, por ejemplo los de los restaurantes Sotavento o El Manteca.
6. Cala Rajá
Tiene un acceso en coche complicado pero maravilloso pues atraviesa una de las zonas más extraordinarias de Cabo de Gata, salpicada de acantilados, carreteras sinuosas y un paisaje desértico de película con las conocidas dunas fósiles, llamadas oolitos. Incluso se pueden ver los flamencos de Las Salinas de San Miguel y la Iglesia de la Almadraba. Se puede aparcar a unos 200 metros de la cala, pero se necesita un 4×4. Al tratarse de una playa remota, la afluencia de gente es menor incluso en pleno agosto. Está muy protegida del viento y es de arena fina, con aguas cristalinas ricas en peces gracias al arrecife del Dedo de Dios, una formación ideal para el snorkelling.
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7. Playas ‘gastro’ y para probar los espetos
El Cabo de Gata tiene decenas de playas y la mayoría son bellas, pero no las podemos citar a todas. De las que todavía no hemos hablado y merecen ser destacadas figuran El Playazo en Rodalquilar, vigilada por la antigua fortaleza Batería de San Ramón, que cuenta con restaurantes como Taberna 340 o Oro y Luz. Un arenal extenso, largo, de arenas blancas y aguas turquesas, que sigue la costa desde el cabo de Gata en dirección a Almería hasta el faro y el mirador de Las Sirenas, es el de San Miguel. En algunas zonas hay tanta sal que casi flotas en el mar sin hacer esfuerzo. Pero sobresale por sus restaurantes donde degustar los espetos, la especialidad de la costa de Almería que consiste en unas brochetas de sardinas, gambas u otras delicias ensartadas y cocinadas a la brasa. Sitios que probar son los restaurantes El Faro, El Palmito o Goleta. Una alternativa aislada en las afueras de San José es El Refugio, en Cala La Higuera, un restaurante pintoresco con unas vistas imperdibles.

Conclusión
El Cabo de Gata todavía conserva las esencias de lo que fue el turismo de playa en la costa mediterránea. Playas en parajes salvajes, a veces idílicos, aguas transparentes o turquesas que invitan a deportes acuáticos y restaurantes a pie de playa donde saborear el paso del tiempo y disfrutar del verano.